Volver

Foros «Maloka conversa»

Es una iniciativa que busca generar debates, entre los distintos sectores sociales, sobre los temas fundamentales para el desarrollo del país con un espíritu crítico que cuestione, experimente, imagine y ponga sobre la mesa soluciones desde la ciencia y la tecnología. *Ingreso hasta completar aforo*

PLANEA
TU VISITA
Horarios y tarifas VER MÁS

Constantemente Maloka se encuentra buscando nuevas formas para cultivar el afecto por la ciencia y el pensamiento científico en nuestra sociedad.

*Ingreso hasta completar aforo*

De este compromiso surgen los foros Maloka conversa, una iniciativa con la que se busca generar debates, entre los distintos sectores sociales, sobre los temas fundamentales para el desarrollo del país con un espíritu crítico que cuestione, experimente, imagine y ponga sobre la mesa soluciones desde la ciencia y la tecnología.

El primer foro Maloka conversa, denominado Justicia climática: ¿están en riesgo nuestros derechos?, que se realizará el miércoles 4 de diciembre entre 8:00 a.m. y 12:00 m., girará en torno al cambio climático, tal vez la amenaza más grande que enfrentamos como sociedad y especie.

Esta es una problemática ética, política y social que nos afectará de forma desigual, de ahí que sea necesario hablar de justicia climática para referirse a todo ese conjunto de fenómenos que vulneran y ponen en peligro nuestros derechos como un país tropical, sin desconocer sus devastadoras consecuencias.

El evento estará dividido en cuatro paneles:

El cambio climático, como muchos otros problemas que enfrenta el mundo, se ha empezado a abordar desde la perspectiva de la justicia, teniendo en cuenta que el planeta tiene recursos limitados y que el patrón actual de producción y consumo contribuye en gran medida a la emisión de gases de efecto invernadero, cuyas consecuencias serán sentidas de manera diferencial por los distintos grupos poblacionales y ecosistemas del planeta.

Así las cosas, la ‘justicia climática’ -como concepto, movimiento social y base de políticas públicas- ha emergido con fuerza en las últimas décadas en el contexto de las negociaciones sobre el cambio climático y promete tener un largo recorrido ya que busca concientizar acerca de la creciente desigualdad socioeconómica que existe en el mundo y que ya ha generado fuertes conflictos por el acceso y control de los recursos naturales.

Este campo emergente en la intersección entre lo ambiental y lo social, también plantea la necesaria transversalidad de este tema en todas las políticas, decisiones y acciones, tanto en el ámbito mundial, internacional, nacional y local, lo cual es un reto institucional y político de primer orden.

La pregunta entonces es en qué sentido no solo estamos enfrentados a los efectos negativos del cambio climático y a la distribución justa del problema, sino que esta perspectiva ha logrado abrir los horizontes de las sociedades en dirección a un panorama de oportunidades de cambio social tendientes a una justicia climática amplia y, por tanto, a un desarrollo sostenible fuerte.

  1. Introducción a la justicia climática

    La naturaleza ha sido tratada como propiedad en las leyes y explotada. Pero cada vez hay un mayor reconocimiento jurídico de sus derechos y afirmarlos es esencial tanto para un ambiente sano como para los derechos humanos.

    De hecho, en América Latina parece que se toman dos caminos para otorgar derechos a la naturaleza. El primero es su reconocimiento como sujeto, lo que implica otorgarle derechos legales. En el segundo, se parte de ampliar los derechos de las personas para dar un salto al brindar ese tipo de reconocimiento al ambiente.

    En ambas dimensiones se llega a situaciones similares pero los puntos de partida son diferentes. De todas formas, lo fundamental es aceptar que todos los seres vivos, como fruto de millones de años de evolución biológica, tienen el mismo derecho a ser y existir. Rescatar este criterio es central.

    Nos encontramos entonces ante la posibilidad de construir una nueva filosofía de la naturaleza, una que la analice como sistema complejo, lleno de interacciones particulares, diálogo y complementariedad entre los hombres y la naturaleza que permita intervenciones mutuamente provechosas.

  2. Derechos de las especies no humanas sobre los nuestros

    Las áreas de los trópicos, situadas entre 23,5 grados latitud norte y sur del ecuador, serán las primeras que sentirán fenómenos climáticos sin precedentes en la próxima década, teniendo en cuenta que además la Tierra experimentará un clima radicalmente diferente en 2047.

    Este panorama es preocupante debido a que los trópicos cuentan con la mayor diversidad a nivel mundial de especies marinas y terrestres, por lo que los efectos generales del calentamiento global se producirán no solo como resultado de los cambios absolutos en los polos, sino también por las rápidas alteraciones en las especies tropicales que son más vulnerables y no están acostumbradas a la variabilidad del clima. Por ejemplo, ya se ha demostrado que los corales viven actualmente en zonas cercanas a sus límites fisiológicos.

    La mayoría de los lugares de alta diversidad de especies se encuentran en los países en desarrollo y un cambio climático rápido podrá alterar el funcionamiento de los sistemas biológicos de la Tierra, obligando a las especies a desplazarse con el fin de localizar el clima adecuado para adaptarse y sobrevivir o correr el riesgo de extinguirse.

    Bajo esta perspectiva es importante conocer cómo responde la naturaleza (animales, bosques, ríos, entre otros) al cambio climático para desarrollar estrategias de conservación efectivas que permitan anticipar y mitigar los efectos del nuevo orden climatológico mundial.

  3. La fragilidad de los países tropicales

    El cambio climático es uno de los mayores retos que enfrenta la humanidad en el corto plazo. Miles de personas, organizaciones, empresas y entidades públicas están empezando a suscribir acciones concretas para contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, que se suman a las propuestas en el campo del ahorro energético, las energías renovables o los estilos de vida y consumo.

    La tecnología busca ser una gran aliada. Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas, el mundo debe reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 70% para el 2050 para poder evitar niveles de calentamiento global que podrían ser catastróficos y ocasionar estragos como la desaparición de ciudades, sequías y extinciones masivas.

    Los avances son muy lentos, aunque actualmente existen diversas iniciativas tecnológicas que pueden ayudar a la humanidad a tener nuevas fuentes de energías renovables de forma mucho más eficiente, además de las prácticas culturales de consumo que están generando una menor huella ecológica.

    Sin embargo, depende de los ciudadanos participar, tomar conciencia del problema y concebir medidas inmediatas de largo alcance. En este sentido, el desarrollo e implementación de políticas climáticas nacionales con expresión a nivel local deben ocupar un lugar prioritario.

    También se pone de manifiesto la necesidad de avanzar en la generación de información con el objetivo de disminuir la brecha que existe entre la generación de conocimiento (desde la academia y/o la comunidad científica) y la creación de estrategias ciudadanas que ayuden a disminuir los efectos del cambio climático.

    En otras palabras, aunque la ciencia y la tecnología se ponen al alcance la humanidad para encontrar nuevas formas de innovación que ayuden a frenar los efectos del cambio climático, la participación ciudadana es la clave para edificar exitosos procesos de gestión ambiental, ya que generan empoderamiento y corresponsabilidad frente a esta problemática.